dilluns, 7 de març del 2016

"Sergio León mata con cariño a sus ex de la UE Llagostera". Article de Jose Antonio Tenrero en @LlagosteraVAVEL





Sergio León mata con cariño a sus ex de la UE Llagostera

Empate de la UE Llagostera en Elche (1-1) con exhibición de coraje, garra y fútbol de los catalanes. Sergio León marcó el empate para el Elche a falta de 5 minutos e impide la merecida primera victoria fuera de casa de los gerundenses. En el descuento, el Llagostera gozó de tres clarísimas oportunidades. El Elche, se aleja de los puestos de promoción.

Sergio León mata con cariño a sus ex de la UE Llagostera
Sergio León mata con cariño a sus ex de la UE Llagostera (foto de LFP)

Elche CF
1 1
UE Llagostera
Elche CF: Jiménez; Ángel, Mandi, Isidoro, Martínez; Moreno (Hadzic, min. 72), Lolo, Pelayo (Cristaldo, min.20), Espinosa; Álvaro (Hugo Fraile, min. 63), Sergio León.
UE Llagostera: René; Aimar, Tito, Chus Herrero (Ruyman, min. 80), Samu; Querol, Escassi, Emilio (pitu, min. 85), Natalio; Chumbi (Imaz, min.85) y Juanjo.
MARCADOR: 0-1, min. 65, Querol. 1-1, min. 85, Sergio León.
ÁRBITRO: Sr. Arias López (colegio cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a Natalio (min. 40), Isidoro (min. 60), Emilio (min. 82) y Ruymán (min. 83).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 28ª jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio Martínez Valero de Elche ante 7997 espectadores.




"La maté porque era mía". Así, con éste final al más puro estilo "Romeo y Julieta", Sergio León y la UE Llagostera, sellaron su amor eterno. Porque no puede haber un gran amor sin drama, sin ese toque de muerte, desdicha o distancia terrible. Sergio León ama a la UE Llagostera y la UE Llagostera ama a Sergio León, pero la diferencia está en que el equipo catalán además, le añora, le echa en falta.
Se han dado muchos casos de amores imposibles y más aún, si el amor tiene naturalezas diferentes. Se puede amar a un depredador, pero tarde o temprano, te puede morder. Y la naturaleza del delantero es de depredador. De los que con lágrimas en los ojos te matan siendo conscientes de lo que aman a su víctima, pero impotentes si intentan luchar contra su instinto. Es un "Pichichi".
Atrás habían quedado 85 minutos de partido con una clarísima superioridad del Llagostera. Atrás quedaba un partido con muchas oportunidades, acercamientos, ritmo y sobretodo, lucha, coraje, garra y amor propio de un equipo, la UE Llagostera, que se resiste a descender a los infiernos sin haberse dejado hasta la última gota de sudor. Encomiable el esfuerzo de los chicos de Oriol Alsina (otra vez imperial desde el banquillo, con cambios estratégicos de posición y aprovechando al 120% los recursos de su mermada plantilla).

Camino de la victoria

Porque los primeros 45 minutos fueron una exhibición de presión y asfixia al rival por parte del equipo catalán que maniató al Elche en la salida del balón y que sólo concedió alguna ocasión con fallos individuales y muy puntuales. Sergio León ya avisaba a los 8 minutos, pero el Elche, aunque a veces se acercaba con peligro principalmente por la banda izquierda, no concretaba sus disparos y René pasó bastante desapercibido. La disposición defensiva visitante era muy buena. Tanto que robaban el balón una y otra vez en el centro del campo. Chus Herrero, imperial en defensa y Escassi en el medio centro, eran ya en sí mismos, un muro para los ilicitanos.
Y esos robos de balón, a menudo se convertían en acercamientos con muchísimo peligro o incluso, ocasiones de gol clarísimas, como las dos que tuvo Natalio o un mano a mano de Querol que salió muy desviado. Se palpaba la superioridad del Llagostera y la actitud luchadora y decidida de sus jugadores.

Segunda parte de dominio catalán

Si bien el Elche intentaba superar el centro del campo del Llagostera a base de posesión y jugar por las bandas, los gerundenses tenían clara la idea de robar en el centro del campo y aprovechar alguno de los contragolpes. Y salieron ganando los visitantes. Superaron al Elche en todo: velocidad, garra, colocación, voluntad... hasta desesperar incluso al público del Martinez Valero que comenzó a increpar y a silbar a sus propios jugadores, principalmente tras el gol de Querol. Un pase magistral de Escassi a la espalda de la defensa, una leve indecisión de Jiménez y el defensa y un chico listo, pillo, cuco, que mete la pierna entre el defensa, el portero y el balón creando una parábola maravillosa que permitió a los aficionados del Llagostera gritar "gol" incluso antes de que el balón entrara en la portería. Se desató la euforia y Querol dedicó el gol a Nando Quesada, jugador del filial y que ya ha debutado ésta temporada en el primer equipo, que ha tenido el infortunio de una lesión.
El plan de Oriol Alsina se ejecutaba a la perfección y el "Pipo" Baraja, míster del Elche, no podía reaccionar. Los locales dieron un paso al frente pero las oportunidades eran escasas y el tiempo pasaba. Parecía que los tres puntos volaban a Cataluña.
Pero todo ésto ya quedaba atrás. Muy atrás en el tiempo. Los 85 minutos jugados hasta ese momento, habían hecho revivir al Llagostera, los tiempos de la victoria. Los tiempos en los que Sergio León, el amado Sergio León, goleaba para ellos. Y un depredador, no se arrepiente de nada antes de hincar el diente y comer sangre. Y esa sangre la olió primero cuando en una malísima salida de balón de los visitantes, Espinosa robó el balón cerca del área y filtró un pase al goleador que picó con sutileza y calidad ante la salida de René. Después sí, el arrepentimiento, con los labios empapados aún de restos de su víctima, cerró los ojos, juntó las manos y pidió perdón a la afición del Llagostera. Un gesto de amor que demuestra por qué es tan querido por esas tierras de Gerona.
Y el mordisco voraz del delantero, no desangró al conjunto visitante. Provocó una reacción de furia, de ganas. Fueron minutos de ataque masivo del Llagostera que tuvo tres ocasiones clamorosas en las botas de Natalio, Querol y Juanjo. Si bien no consiguieron marcar, gracias a sendos paradones de Jiménez, dejaron una sensación de que el partido nunca debió escaparse. La victoria hubiera sido más que merecida. Queda el consuelo de que jugando así, es imposible descender. Y también el consuelo de que las heridas con amor, son menos heridas y duelen menos.

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