dilluns, 23 de novembre del 2015

Venganza pacífica (Nàstic 2 - 0 Llagostera)

Article del Diari de Tarrragona

El Nàstic se cobró la factura que tenía pendiente con el Llagostera, en un partido que los granas fueron superiores. Marcaron Bouzón y Tito, en propia meta. La expulsión de Escassi facilitó el trabajo

Publicado: 21:35 - 21/11/2015

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La venganza se completó sin sangre. En el campo. Con el balón en el terreno de juego y con una afición entregada a los suyos. Como debía ser. Una revancha total y pacífica. Sin incidentes. Cada uno a lo suyo. Los unos a comerse al rival deportivamente. Los otros a disfrutar y degustar de una victoria brillante en el partido más esperado del año.
Los jugadores granas salieron al campo como motos. De cero a cien en lo que duró el pitido inicial. Acorralaron al Llagostera. Le encerraron en su campo. Una pandilla con ganas de cerrar un capítulo amargo. De curar una de las heridas más aparatosas y dañinas de la historia reciente del club. El ascenso a Segunda ayudó a cicatrizar el tajo de Llagostera, pero hacía falta pasarle la factura al ‘culpable’ de aquella tristeza deportiva que cubrió a la afición aquel 21 de junio de 2014. Un año y cinco meses después el Nàstic se cobró su venganza.
El partido acabó con 2-0, pero pudieron ser algunos más. El duelo se tornó más plácido de lo esperado. La superioridad del equipo de Vicente Moreno sobre el campo fue total. Ya en la primera mitad, Tejera y Rocha movieron los hilos que hacían bascular al cuadro llagosterense de un lado a otro. El entrenador valenciano adivinó la estrategia conservadora de Oriol Alsina. Desde los seis goles que le endosó el Alcorcón, la actitud de los azulgranas fuera de casa es conformista con el empate inicial. Sólo Querol, aunque pasado de revoluciones, dio algo de alegría al ataque visitante.
El Nàstic fue a por faena, priorizando la banda de Mossa. Rayco trazaba la diagonal hacia el interior y dejaba el callejón zurdo despejado para el lateral valenciano y su capacidad incansable de nutrir balones precisos. Álex López cazó uno, a los ocho minutos, que se fue alto. El ‘9’ de Calafell recuperó su sitio en el once debido a la lesión de Marcos. Una baja que se originó en un golpe durante un entrenamiento de finales de semana, pero de la que nadie tenía constancia. Lo mismo que Jean Luc, también tocado que se quedó en la grada.
Emaná se puso el mono de trabajo sin perder ese toque lujoso. Aún sin ese punto de velocidad que gozaba en sus años mozos, su calidad es tan grande que apenas necesita de un movimiento de su cuerpo para deshacerse de rivales. Le hizo un traje a Escassi para quedarse solo frente a Rene. Golpeó con fuerza, aunque desviado.
El incesante asedio del Nàstic a la portería del Llagostera, solo rota por una acción suelta que Reina desactivó atento, tuvo su premio con el gol de Bouzón. Ese punto de más que llevaban los tarraconenses quedó patente en el saque de esquina. Rocha remató dos veces. Una con la cabeza y otra con el pie, que mandó al travesaño. El balón botó y ante la mirada extasiada de toda la zaga gerundense, se personó Bouzón. El gallego entró al área como un tren de mercancías. Imparable. Remató con toda la energía posible. La del recuerdo del dolor que le han transmitido sus colegas presentes en Llagostera y la de los 10.162 espectadores –récord de asistencia este curso– que esperaban ansiosos el desquite.
El Nàstic no daba opciones a su rival. Seguía al dictamen de la pasión que levantaba un partido tan especial, con el don de la templanza. No hubo lugar para el histrionismo. Únicamente el placer del dominio. El control grana aumentó cuando el Llagostera se quedó con un jugador menos. Escassi se autoexpulsó con una patada a Tejera sin balón. Hacía doce minutos que el colegiado le había mostrado la cartulina amarilla. Su puntapié a destiempo le costó la segunda y a su equipo el partido.
Hubo por momentos un rondo de grandes dimensiones. Con los granas tocando y haciendo circular el esférico con comodidad desde atrás y los futbolistas del Llagostera, encerrados atrás, intentando pillar algún error. Alsina echó mano del banquillo a falta de cinco minutos para el descanso. Relevó a un inoperante Chumbi para dar entrada a Tito y reorganizar un poco sus filas.
El cuadro gerundense solo podía esperar una jugada aislada para poner en apuros a Reina. La encontró al filo del descanso, con un testarazo de Juanjo que se fue alto.
La segunda mitad arrancó mejor imposible para los intereses locales. Emaná sirvió un balón raso al punto de penalti al que no llegó Álex López. El esférico se quedó muerto para que Rayco engatillara y, ayudado por Tito, pusiera el 2-0.
La renta pudo haber sido mayor si los granas hubieran afinado ante la portería. Álex López y Naranjo, que entró en la segunda mitad, dispusieron de buenas oportunidades que anuló Rene con dos intervenciones. La cura ya está hecha. El Nàstic se mete en play-off y el Llagostera se hunde un poco más en el pozo de la tabla. Es hora de pasar página y mirar hacia adelante. Llagostera es historia.

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