En este mundo donde el entrenador es un Dios ha llegado uno de carne y hueso
Gorosito pone los pies en la tierra.   Carlos Miralles.

Cansados de tantos Sergis a puerta cerrada. De los efectos JIM y del método Carrillo va y llega Gorosito dando la alineación y ponemos cara de loco.
Esto es fútbol y Gorosito lo llama así: fútbol.
Es un juego donde intervienen once jugadores de tu equipo y once contrarios. Un árbitro que igual sale rana y hasta el tiempo seco o soleado puede decidir.
Siempre fui de Paco Flores cuando decía aquello de. "Yo los preparo durante la semana hasta que pita el árbitro".
Para qué tanto secreto. Hartos estamos de esos entrenadores que miran por encima del hombre pensando que lo saben todo cuando de esto no sabe nadie.
En estos días todos tontos menos el Mister y así nos va con los entrenadores que se forran hablando con los presidentes de métodos y tácticas cuando todos terminan en la calle tarde o temprano.
Un entrenador es un juguete en manos de sus futbolistas. No le queda otra que ser un psicólogo a tiempo y poco más.
Gorosito da el once porque sabe tanto del Llagostera como Oriol Alsina del Almería.
¿Quién controla un penalti y expulsión al minuto uno?
Yo entiendo el fútbol como un juego. En baloncesto gana el mejor pero en fútbol ni con eso te llega.
Bien por Gorosito quitando misterio a la figura de entrenador que no deja de ser un empleado más del club.
El encargado del almacén,
Gorosito llega con los pies en el suelo. Porque solo de rodillas se entra en el reino de los Cielos.