Article del diari "El dia.es"
Suso, con dos goles, validó el plan de Agné y firmó el primer triunfo
Alivio. Eso es lo que sintieron ayer los
jugadores y el técnico del CD Tenerife cuando cristalizó la primera
victoria de la temporada en el infame campo de Palamós. El quinto
experimento de un inicio de Liga difícil de olvidar por las
rocambolescas apuestas de Agné surtió efecto. Se podrá discutir si, bajo
las premisas expuestas ayer, el equipo tiene futuro. Pero de momento
tiene presente. Justo lo que se buscaba. Lo visto sobre el terreno de
juego se llama sobrecargar la idea. Agné alineó ayer a siete jugadores
de perfil defensivo, además de Dani Hernández, en el once que debía
sacarlo del apuro y sellar su continuidad devolviendo la paz al entorno
blanquiazul. Reiteró su apuesta de la semana anterior por Cristian
García como pivote y lo juntó con Vitolo y Alberto, al que quería en esa
posición para "restar" el juego directo del adversario. Fue lo más
lógico de su apuesta. La primera parte ya salió bien a medias. Tanto en
el tiempo (los primeros 45 minutos) como en el espacio (lo que quería
hacer cuando no tenía la posesión). ¿Pero y con el balón en los pies? El
cuadro insular fue la nada absoluta. Tres hombres absolutamente
desconectados en ataque, buscando ganar algún pelotazo e inventar alguna
situación de peligro. Sin un plan preestablecido. Sin una intención más
allá de la casualidad. Para un equipo sin confianza, da para marcharse
con la sensación del deber cumplido al vestuario. No se trata de valorar
el espectáculo, nefasto para el espectador, ni de demonizar un estilo
concreto de fútbol. Se trata de hallar la forma de mejorar. Y más bien
lo que se puso fue un euromillón a ver si tocaba. Y tocó, pero más
tarde. En ese primer acto, Suso, en un centro-chut desde la banda
derecha, puso el único ¿peligro? para la meta de Moragón. Como los de
Oriol Alsina juegan a eso, a simplificar procedimientos, no se sintieron
extraños en el escenario. Mosquito (11'), en un pelotazo de Emilio
Sánchez, y Juanjo Expósito (31'), casi sin querer tras un centro de Masó
desde la derecha, realizaron los únicos remates locales. Lo demás
fueron saques de banda y pelotazos a tierra de nadie, casi siempre en
desventaja para el compañero. Viniera de una orilla o de la otra,
difícil está defender lo visto. Después del receso se produjo el cambio
de decorado que esperaban los blanquiazules. El Llagostera dio un paso
adelante y quiso meter ritmo al partido para buscar la victoria. En el
proceso se descubrió un poquito y su rival supo aprovecharlo. Con Pedro
Martín y Suso menos estáticos, aparecieron los espacios. Lozano advirtió
en dos ocasiones (49' y 56'), ambas a balón parado, antes de que el
choque cambiara para siempre. Alsina dio entrada a Benja por Mosquito y
perdió el poco juego entre líneas de su equipo. Justo en esa faceta
crecía el Tenerife, que supo sacar partido de un contragolpe
magníficamente llevado por Pedro Martín para adelantarse. Suso, con la
pausa que le faltó tantas veces a la hora de definir, puso el 0-1 (61').
El golpe fue duro para el conjunto catalán, que ya no dio pie con bola
en ataque. Solo Querol pareció encontrar el camino para buscar las
cosquillas a la zaga visitante. Aunque nunca con graves consecuencias.
Con la confianza que faltó otras veces, los de Agné se soltaron
definitivamente. Germán Sánchez tuvo la sentencia, pero cabeceó alto una
falta bien puesta por Vitolo. En la acción siguiente, Cristian robó un
balón en tres cuartos y cedió para Suso que, en estado de gracia,
sentenció (71') el primer triunfo de la temporada.
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